ARTÍCULOS 2

COMENTARIO:
Vamos a comenzar
COMENTARIO DESTACADOS:

 

HABLEMOS BIEN, PERIODISTAS

Mario Bermúdez

 

 

Con un poco de crítica constructiva, especialmente hacia el grupo de comunicadores, quienes por su condición, son las personas que más deben preocuparse por el manejo adecuado del idioma, hago las siguientes reflexiones. No es lo mismo un lenguaje coloquial, jergal y dialectal, a un código especializado y de estándar universal, que es la base de las comunicaciones periodísticas. Hoy día, además de la poca preocupación por hablar y escribir bien, los periodistas también han descuidado la dicción, y de aquellos locutores de voz impecable, clara y contundente, apenas nos quedan comunicadores de voz nasal, gangosa e inaudible, fuera de que hablan apresuradamente, apeñuscando las palabras de manera que un alto porcentaje de la comunicación se queda perdido entre los sonidos guturales. ¡Ni se cuida la voz, ni se cuida el habla, ni se cuida el escribir! Solamente importa la imagen sin contenido expreso. Ya nadie utiliza técnicas de vocalización, lectura y ejercicios para mejorar la voz, ni mucho menos se lee un buen libro que fije las pautas de la comunicación y que oriente al periodista en el uso adecuado y agradable del idioma.

 

SE LOS: Esta forma está de moda y, por ende, mal utilizada en un alto porcentaje de los casos, pues se perdió, a todas luces, la concordancia de número y aún de género. Veamos:
 

  • Hablando de un sujeto singular, por ejemplo de un premio, dicen: “Se los voy a dar”. No se tiene en cuenta que el “premio”, en este caso, es singular, y lo ideal sería que se dijese: “Les voy a dar el premio”.
  • Cuando nos van a contar una noticia, nos dicen despampanantemente: “Se los cuento”. Se retorna al vicio de la no concordancia de número, y la confusión entre el dativo y el acusativo de la oración, pues lo ideal es decir: “Les cuento”
  • La forma “se los” es considerada un barbarismo, simplemente eso es lo que yo “les cuento”
  • Les dije a los trabajadores que mañana saldrán más temprano. Esta forma es la correcta, mientras que: “Se los dije a los trabajadores mañana saldrán más temprano”. ¡Terrible! Doble vicio de construcción, ya que, además del barbarismo “se los dije”, se omite el que, dos de los errores más comunes en nuestros amigos (incluidas, por supuesto, las amigas periodistas)
  • Cuando el sujeto es referido a personas, se dice, por ejemplo, Los parlamentarios iniciaron las sesiones extraordinarias. (Los parlamentarios, son personas). Pero si el sujeto es impersonal, por ejemplo, sesiones, se debe anteponer se: Se iniciaron las sesiones extraordinarias en el congreso. Pero nunca: Iniciaron las sesiones extraordinarias en el congreso.
  • QUE: A pesar de que, la regla de oro es: “la menor extensión gráfica para la mayor extensión lógica”, esto no implica que mutilemos las expresiones en contra de la regla gramatical. El que tiende a desaparecer en boca de los periodistas y de los políticos. Es fácil deducir cuándo debe pronunciarse o escribirse el que: Si la pregunta, ya sea directa o implícita, va con el interrogativo qué, la respuesta debe llevar el que, aunque sin tilde.
     
  • ¿Qué le dijo? Le dijo que venía temprano a la oficina. Y no: “Le dijo venía temprano a la oficina.
  • Veamos, “unas personas aseguran vieron a los animales”. Que, desapareció, pues lo correcto es: “Unas personas aseguran que vieron a los animales.”
  • EN: Es una preposición que indica, en la primera acepción, el lugar en donde se ejecuta la acción. Pero no, ahora acontece que se escucha decir: “Al interior del congreso, los parlamentarios votaron la ley de…” “Al interior del recito se presentó una pugna”. Veamos:
     
  • Decir: “Al interior de…”, es una expresión redundante; así que lo correcto es escribir o decir: “En el congreso, los parlamentarios…” Ese en expresa de una que es en un lugar, pues es fácilmente deducible que los congresistas se reúnen en algún lugar, que por extensión puede ser el mismo congreso, bien sea como corporación  o como edificación, por extensión; así que sobra, también, interior.
  • Se confunde “a” con “en”… No hay claridad en sus respectivas funciones, pero sí mucho orgullo peyorativo.
  • Qué no decir con respecto a en, cuando se utiliza ahora en cambio del correcto de, que expresa el material del cual está hecho un objeto. Así que, de tal suerte, ya las chaquetas no son de cuero, sino en cuero. Ya no hay anillos de plata, sino anillos en plata.
  • Se dice comúnmente entre los periodistas de mayor nombradía, por ejemplo, al interior de la camioneta fueron atacados... No, al interior, tiene doble vicio: se antepone en, en cambio de al. Pero aún así el error persiste, porque hay pleonasmo, ya que la construcción se puede hacer empleando únicamente en. Veamos: En la camioneta fueron atacados. Sobra al interior, y en lo reemplaza correctamente. (La menor extensión gráfica para la mayor extensión lógica). Igualmente dentro de, reemplaza al peyorativo al interior de. Así, verbigracia, resulta correcto decir, en la casa se encontraban unas personas... lo que expresa correctamente que era dentro de la casa; dentro, en este caso puede reemplazar perfectamente el odioso al interior de.
  • DETRÁS MÍO: Este barbarismo sí que está de moda, y escuchamos a las bellas periodistas, con su sonrisa angelical, decir: “Detrás mío está el palacio de justicia”. Debemos saber que el adverbio detrás exige la preposición de. Entonces, lo correcto es decir: “Detrás de mí está el palacio de justicia”. Se debe decir: “Los niños van detrás de mí” y jamás, amigos periodistas, “Los niños van detrás mío”[1]
     
  • No se debe olvidar que las cosas van detrás de algo o de alguien”.
  • Mío es un pronombre posesivo, es decir, denota que algo le pertenece a la primera persona del singular (yo), así que no tiene nada que ver con un adverbio de lugar.
  • SE: Este pronombre se emplea, en una de sus funciones gramaticales, para construir las oraciones impersonales, es decir, las que se refieren a hechos y objetos y no a personas cuando éstas son el sujeto de la oración.
     
  • Por ejemplo, las fiestas, a pesar de que las hacen las personas, gramaticalmente son impersonales, es decir, un hecho. Entonces, a menudo escuchamos: “Las fiestas de San Isidro iniciaron en el pueblo el 22 de marzo”. ¿Qué se hizo el se? Lo correcto es: “Las fiestas de San Isidro se iniciaron en el pueblo.”
  • Hoy, por ejemplo, escuché: “En el día de hoy inician las jornadas de vacunación”. Pleonasmo de tiempo y omisión de se. Se ha debido decir: “Hoy se inició la jornada de vacunación”. Lo impersonal es “la jornada de vacunación”, luego exige el “se” en la construcción de la oración impersonal.
  • Además: a más que.
     


    PLEONASMO DE TIEMPO: Aunque ciertas expresiones exigen ratificar la construcción lógica, la figura con respecto al tiempo, especialmente, se volvió habitual en el habla y en la escritura periodística y política, a cambio de ser una excepción.[2] El día de hoy, es simplemente “hoy”. El día de hoy habrá una reunión en las horas de la mañana”, es simplemente: Hoy habrá una reunión por la mañana.
  • En las horas de la mañana, es simplemente “por la mañana”. Bueno, también se volvió habitual hacerle honor a la construcción inglesa “in the morning”, con la sonrisa a flor de labios se dice: “en la mañana”.
  • Cuando se nombra un día, por el solo nombre se infiere que es “un día de la semana”. En síntesis, si decimos, por ejemplo, lunes, el contenido lógico expresa que es: Primer día de la semana seglar, y el segundo día de la semana litúrgica. Así que sobra decir: “El día lunes se inaugurará la sede deportiva del club”. Se debe hacer el ejercicio con los días, y, listo, la menor extensión gráfica con el mayor contenido lógico.
  • Lo mismo que con los días acontece con los meses (que los doce pertenecen al año y no a ningún otro periodo de tiempo). Así que es innecesario decir el mes de septiembre, pues con solamente decir, septiembre, se entiende que se está hablando del noveno mes, y así con los demás meses.
  • ESCENARIO: Muchos pronuncian, y hasta con cierta petulancia, exenario, con X, cuando lo correcto debe ser: esenario, sin esforzarse por meterle la oscura X. Así que no diga exenario o eccenario, sino pronuncie, esenario, pero eso sí, escriba escenario. (A nosotros, los americanos que hablamos castellano, nos queda complicado y cursi pronunciar la C española, pero queda peor cambiar esa C por una K).
    DIMINUTIVOS: Se ha vuelto una costumbre muy generalizada, especialmente entre los comentaristas y locutores deportivos, tratar a los deportistas con diminutivos: Jorgito, Gustavito, Pedrito, Pablito, Claudita, Rosita, etc. En el habla comunicativa, esta costumbre es chocante, melosa, sin razón y hasta antipática. Se olvida que el diminutivo, en el lenguaje coloquial, se emplea expresamente en el trato familiar, especialmente con los niños[3], por lo que resulta inadmisible utilizarlo en el lenguaje periodístico, lo que expresa psicológicamente cierto dejo de inferioridad de quien lo emplea con respecto a quien va dirigido.
     

    No es lo mismo “yo me baño en el río” a “yo me río en el baño”
     


    ESPICHAR: Uno de los términos más inadecuados y horrendos, por decir lo menos, es espichar para referirse en tecnología a la acción de oprimir un botón, hacer clic sobre un objeto o pulsar una tecla. La palabreja, que en realidad se refiere a espichar tomates para la ensalada o espichar cucarachas, sí que se escucha de forma consuetudinaria entre los comunicadores y, por supuesto, entre la gente común. Así que lo correcto es decir: oprimir, pulsar o digitar en cambio de espichar. Bueno, los españoles tienen un término, no menos feo, pinchar, para señalar que se hace o hace clic sobre un objeto del sistema computacional. El vocablo, por cierto un neologismo, cliquear (acción de hacer clic), aunque todavía no aparece en el Diccionario de la Real Academia, me parece apto para utilizarlo en el lenguaje técnico de informática y sistemas, ya que cumple con la norma para construir verbos en castellano. Recordemos que el Diccionario de la Real Academia no fija normas ni le da la bendición a las palabras, sino que registra la forma como se habla dentro de los diferentes contextos; es posible que el término cliquear aparezca registrado en la nueva edición del Diccionario. Así, por ejemplo, software y hardware, entre otras, aparecen registradas en el Diccionario como voces inglesas, incluso con la grafía del inglés.


    PARTITIVOS POR ORDINALES: La costumbre de confundir los adjetivos partitivos, es decir, los que señalan que algo tomado como unidad ha sido partido en partes iguales (fraccionarios) con los adjetivos ordinales, lo que señala un orden en la serie, se ha vuelto común en los medios. Así que escuchamos: Veinteavo congreso de medicina. En el caso anterior se ha confundido, por decir lo menos, el adjetivo ordinal por el uso incorrecto del partitivo. Lo correcto es: Vigésimo congreso de medicina. La incorrección se debe a que los adjetivos cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno y décimo coinciden entre sí, es decir, son iguales en forma partitiva y en forma ordinal.
    Adjetivos partitivos: medio, tercio, cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo, onceavo, doceavo, treceavo, veinteavo, treintavo, etc. Solamente anexa avo.
    Adjetivos ordinales: primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo, undécimo, duodécimo, décimo tercero, décimo cuarto, décimo quinto, décimo sexto, décimo séptimo, décimo octavo, décimo noveno, vigésimo, trigésimo, cuadragésimo, quincuagésimo, sexagésimo, septuagésimo, nonagésimo, centésimo.
    En conclusión, lo correcto es cuadragésima quinta feria artesanal, por ejemplo, y nunca, cuarenta y cinco ava feria artesanal. Si dividimos una torta, verbigracia, en cinco partes iguales, entonces tenemos quintos (partición), pero si un atleta llega en el puesto cinco, se dice que llegó de quinto (orden).
    Términos y giros:
    Muchas expresiones se han transformado por el uso, pero, ante todo, por el desconocimiento y la pedantería.
     
    USO CORRECTO USO COMÚN
    A motu proprio. A monto propio
    Caí en la cuenta. Caí en cuenta
    Edificación de piedra. Edificación en piedra.
    Está seguro de que va a llover. Está seguro que va a llover.
    Estufa de gasolina. Estufa a gasolina (giro del francés).
    Glorieta Romboide,  rompoide, Round point.
    Groso modo. A groso modo.
    Hoy. El día de hoy.
    Por la mañana. En horas de la mañana.
    Por otro lado. De otro lado.
    Se dio cuenta de que llegó tarde. Se dio cuenta que llegó tarde.
    Tema que se va a tratar. Tema a tratar.
    Tengo confianza en que. Tengo confianza que
    Vaso de agua. Vaso con agua.

     

     
    Términos recurrentes:
    En este caso, la adjetivación refuerza la idea, pero a su vez se constituye en un pleonasmo de refuerzo, porque, en esencia, toda lluvia es pertinaz, todo accidente es aparatoso y todo incendio es voraz.
     
  • Lluvia pertinaz: que dura y persiste.
  • Accidente aparatoso: un accidente desmedido y exagerado.
  • Voraz incendio: Qué destruye o consume rápidamente.
  • Totalmente gratis: si es gratis es porque no cuesta nada, de costar algo, así sea mínimo, ya no sería gratis.

 


[1] Word no admite la construcción “detrás mío” y realiza la corrección automática por : “detrás de mí”.
 

[2] A los políticos les digo no se los digo-, la mayoría no tienen el bagaje cultural e intelectual que antaño los distinguió, cuando la retórica era una ciencia obligada en el ámbito académico.

[3] Por supuesto que aquí incluyo a las niñas.

 

*Puede reproducirse total o parcialmente, siempre y cuando se cite al autor.

 

 

 

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